Robledo de Losada
Es, con Quintanilla, el otro pueblo cuyo nombre establece su pertenencia al antiguo territorio de Losada. Tiene 50 habitantes en dos barrios divididos por el paso del río Cabrera y un poderoso puente en arco de piedra de pizarra que los une.
La visita al pueblo es obligada, si se quiere disfrutar de la visión de sus viejos palomares diseminados por la ladera izquierda del valle, la orientada al sur, brillando al sol como blancas palomas. En otro tiempo y hasta hace unos 30 años, se contaban por cientos e incluso miles las palomas que recorrían los aires en bandadas. Ocurrió que las tierras de labor fueron abandonadas y las palomas desaparecieron, pero los palomares han seguido ahí para evocar un tiempo que se fue. Son doce, diez de ellos restaurados no hace mucho, un conjunto único que sólo en este pueblo puede verse, cómo única es su sencilla construcción circular a base de piedra de pizarra, después revocada con cal y arena.
En medio de construcciones de nueva planta o remozadas, siguiendo el uso impersonal de cualquier sitio, perviven restos, detalles y rincones de gran belleza y sabor tradicional. Tiene molino, en perfecto estado hasta la riada del 7 de diciembre pasado de 2000. Por lo demás, los amantes de los vestigios históricos pueden contemplar el trazado de dos canales romanos a su paso por el término del pueblo, en la ladera derecha del valle, ladera norte o "abeseo", como se dice en dialecto. El más alto, que es el que viene de Santa Eulalia, esta bien marcado e incluso conserva un pequeño trozo de muro. No asÍ el inferior, del que sólo en algunos tramos de monte y tierras se adivina una línea abultada.